La mayoría de los que me conocen saben que soy un amante de música. Un melomaniaco de gusto ecléctico podría decir. En palabras sencillas, un tipo que escucha toda clase de música. En lo personal siento que la vida sin música es vivir sin la sal y la pimienta que le dan sabor a nuestros hechos cotidianos (y también a los no tanto).En Navidad recibí un regalo que ha definitivamente ha cambiado mi vida personal y musical. Para algunos puede ser una soberana tontera, pero bueno... es de estas cosas importantes con que vive el hombre post-moderno: un Pendrive-MP3... nunca en la vida había podido llevar conmigo la música que más me gusta, nunca habia tenido un Personal, un Walkman, ni nada parecido... asique imaginense lo que ha significado poder andar por todas las partes que normalmente recorro y con la música que es ideal para tal o cual situación.
Recorrer Santiago Centro escuchando a Fito, Simply Red, La Rue Morgue. Viajar en el Metro a todas partes escuchando lo mejor de Los Prisioneros, Sexual Democracia, Moraga y Juan Manuel, Los Tres y varios cantantes nacionales que con buenísimas canciones me han ido acompañando.
Que decir de esos momentos de nostalgia, donde salen temas como Once y Seis, El Viaje, Giros, Que broten las Palabras, Las Barcas en la Orilla, etc... y también esos momentos de soledad íntima, donde de verdad quisieras compartir temas como Sentirme vivo, Esperaré, El Problema, Yo Puedo hacer...
Pensar que a través de acordes, melodías y armonías se pueden contar historias, acompañar desiciones, llegar a lo más profundo que en un momento dado pasa por nuestras historias. La música saca a relucir lo que no nos atrevíamos a decir (Yo quisiera ser), nos deja pensando en lo que me gustaría gritar (Para tu amor), y recordando gente que hace tiempo que me gustaría volver a ver como antes (Amigos). Permite transmitir un descubrimiento grande en mi vida (Sal y Luz), darme animos con un proyecto de vida (Voy a aprender a vivir)...
Quedan muchas más canciones que tienen un significado importante en mi historia. Canciones que van a quedar anónimas para todos, menos para mis oídos.
